La autoridad civil de María la Baja se coaligó para amparar la agresión física verbal de un funcionario oficial, envía pública, durante “ceremonia” oficial, a plena luz del día y frente a la alcaldesa de la población.
Además de la acción violenta e irresponsable del empleado a la periodista y su grupo de trabajo, le compulsado una orden por escrito para que demostrara su origen, espacio de trabajo, dedicación al oficio.
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Lo anterior bajo la orden expresa de la Mandataria, molesta por que la periodista cubrió un evento al que, la comunidad del poblado, no aceptó por mentirosa y artimaña oficial.
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